“El hombre percibe solo lo que le concierne y deja pasar por desaprovechado lo ideal en su causa”…
Ironía vs Moral.
El problema del estatuto puertorriqueño tiene una única solución, está en presentar la situación colonial en el país y poder determinar que la seguridad del pueblo y la de la tierra se encuentra en la independencia de nuestro país sin paños tibios. Hemos estado batallando dentro del mismo plantel colonizado por más de 118 años y solo hemos marcado algunos acontecimientos que le han dado a la historia el sentir de un pueblo oprimido. Es tiempo que levantemos la patria en toda consignación y le demos a nuestra isla la responsabilidad autónoma que merecemos poseer. De seguro estamos atado al dominio de un capitalismo unilateral muy propicio de su parte “COLONIA”. En su misma razón el imperio batalló por ocho años en un conflicto que enfrentó a las trece colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña.
Esto ocurrió entre (1775 y 1783), culminando con la derrota británica en la batalla de Yorktown y el Tratado de Versalles (1783). Durante la guerra, dato muy interesante fue que Francia ayudó a los revolucionarios estadounidenses con tropas terrestres comandadas por Rochambeau y por el Marqués de La Fayette y algunas flotas bajo el comando de marinos como Guichen, de Grasse y d’Estaing. España, por su parte, lo hizo inicialmente gracias a Bernardo de Gálvez y de forma abierta a partir de la batalla de Saratoga, mediante armas, suministros, abriendo así un frente en el flanco sur. Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña construyeron el primer sistema político liberal y democrático, alumbrando una nueva nación, los Estados Unidos de América, incorporando las nuevas ideas revolucionarias que defendían la igualdad y la libertad. Esta sociedad colonial se formó a partir de concentraciones de colonos inmigrados y no existían en ella los rasgos característicos del rígido sistema europeo.
Es entonces cuando le damos un vistazo al ayer y nos damos cuenta de que la inmoralidad comienza por el letargo de una perversa acción del mismo colonizador. ¿No fue acaso que el mismo sistema “Yankee”, reconoció que era en la libertad democrática liberatoria la que podía emprender un nuevo despertar liberal fructífero? ¿Acaso no es hoy la mayor Republica “democrática” en el hemisferio Norte? ¿Acaso no se desarrolló políticamente y económicamente por antiguas leyes establecidas como lo fue el Ciro, la carta magna, logrando “emprender” el mayor documento por los derechos humanos y la tierra, llamada la Constitución de Estados Unidos de América? La independencia de Estados Unidos pudo ser evidente por la unión de Francia y la de España, defendiendo su territorio en Nueva Orleans, sin embargo, aun reconociendo el principio de su propia independencia siendo colonia de un protagonismo muy ambiguo. Aquel termino de independencia por la libertad y la democracia hoy, solo se reconoce como un término de independencia para nuestra isla Puerto Rico, como una revolucionaria acción terrorista.
Es este el mismo pensamiento que un Emeterio Betances, Eugenio María de Hostos, Antonio Valero Bernabé, en cierto momento de ofuscación, emprendieron la idea de luchar por la libertad de nutra isla, junto a otras tierras antillanas y tierras extranjeras como Venezuela, Argentina, Ecuador, México, etc. De esta manera unirían fuerzas para lograr la independencia de nuestro país, pero fue el factor protagonismo y el egoísmo, el que hicieron frustradas las maniobras de la batalla borincana. La deslealtad de un pueblo por el interés anexionista, dejando claro que la idea de ser estadista seria el títere que mueve su único interés. El resultado de un neoliberalismo implico el apoderamiento de normas, leyes y acciones en contra del liberalismo, ya que la dependencia de un neoliberalista, tendría convicciones atadas a un desarrollo capitalista como el ejemplo de la Gran Depresión (1930), para evitar un fracaso económico, sin embargo, la montaña rusa de la economía ha tenido solo declinadas consecuencias en su marcha y por consiguiente la ambición de los partidos funcionarios de nuestra amada isla, en el cual hemos llegado al desarrollo de un catástrofe político, económico, social y hasta ecológico.
El surgimiento de un Partido Republicano Puertorriqueño, luego de la llegada de un Invasor “yankee”, y de la frustrada fuerza liberatoria, el puertorriqueño opto por la inclinación de una definida atadura americana, pero el opresor estadounidense no tuvo la misma asimilación en su vocabulario hacia una estadidad permanente, sino que simplemente era una entrada a la economía y la posición ideal geográfica hacia futuras guerras extranjeras occidentales. Si tal fuera el caso que Estados Unidos hubiese tenido el interés legítimo de convertir a la isla parte de un estado, lo hubiese formalizado en la mesa de una injusta negociación entre España y Estados Unidos, donde por hecho fue la expropiación del archipiélago caribeño. En el surgimiento de otros partidos fue en el 1952, cuando la confusión de un pueblo entre liberales y anexionistas se confundieron en un abrazo con el lema Estado Libre Asociado puertorriqueño, tanto así que tuvo una calidad aceptación en el pueblo, era la época en que un militante y capacitado hombre Albizu Campos, luchaba incansablemente por la libertad de nuestra amada tierra.
El primer gobernador elegido por el pueblo puertorriqueño Luis Muñoz Marín, ganaba admiración en el pueblo por su astuta y monopolizada acción, somos “asociados pero libres” el pueblo. Rememorando una política socioliberalista, mientras a su vez bajo el mandato de un capitalista imperio le arrebataba la ideología Albizuista liberal. Es por esto que tanto el partido Popular y el partido Progresista de hoy, llevan la misma connotación de un imperialista colonizado, el partido popular con referencias de derecha y el partido progresista dependiente de una conveniencia política, mientras así lo puede inmiscuir. Es por tal razón amado pueblo, que somos nosotros lo que debemos mantener una sola homogénea lealtad por la independencia de nuestra tierra, Puerto Rico. Hemos tratado por cientos de años diversas alternativas para constituir y permanecer en la identidad propia de una tierra merecedora de las igualdades socioeconómicas, políticas, para el bienestar del pueblo puertorriqueño. Somos nosotros el pueblo quien tenemos el derecho de ser libres, de tomar la alternativa de vivir con una mejor calidad de vida, de poder desarrollar el menester de un pueblo, de tener el albedrio de exportar e importar economías diversas en el desarrollo autónomo. Somos nosotros la unión de un grito de avanzada por la salud y el bienestar de un pueblo abatido.
Es el pasado quien nos ha inscrito la verdadera razón y el honor de poder levantarnos en lucha por la independencia de Puerto Rico. No podemos seguir multiplicando las fuerzas de una anexión, tampoco la de un Asociado, estas solo han restado todos aquellos recursos que el pueblo había desarrollado mucho antes de la nueva América. Es necesario levantarnos en pie de lucha y demostrar que es tiempo de asimilar los resultados de un invasor, por las cuales hoy estamos viviendo en la desesperación de la sed, el hambre, la frustración, el deterioro, la insensibilidad, el despecho, la intolerancia, la mezquina colaboración en la carrera frustrante de un Puerto Rico. Somos nosotros el pueblo y la acción de una contundente batalla.
La filosofía de un JOHN LOCKE por la independencia de su tierra…
Explicó: “La filosofía que sustentaba la independencia, proclamando que todos los hombres nacen iguales y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden gobernar sólo con el consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Esta teoría política tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar prominente en la tradición política anglosajona”.
¿Entonces, no es acaso que los pensamientos liberales, son la nutrición de un mismo sentir en el hombre?
“Podremos ser una etnicidad diferente, pero somos la misma contemplación carnal del hombre, es por tanto que es ley y veracidad, la libertad hacia la vida misma y la búsqueda de la felicidad y el bienestar de la tierra en que vivimos” …
