El gobierno del presidente de facto de Brasil, Michel Temer, frenó este martes la construcción de un total de 11.250 viviendas para el pueblo brasilero, que serían edificadas por el programa social Mi Casa, Mi Vida, impulsado por el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, y continuado por el gobierno de Dilma Rousseff.
El ministro de Ciudades, Bruno Araújo, revocó la orden dada por la presidenta Rousseff, al banco público Caixa Federal para contratar la construcción de los urbanismos del programa social.
Este decreto de Rousseff fue publicado días antes de que la Cámara de Senado de Brasil decidiera separar de su cargo a la jefa de Estado por 180 días, para así iniciar un juicio político en su contra, consumando un golpe de Estado en la nación suramericana.
Durante el gobierno de Dilma Rousseff se intensificaron las medidas de carácter social promovidas por su antecesor, Lula Da Silva, con el fin de atender las verdaderas necesidades del pueblo brasileño.
El pasado 1 de mayo, días antes de su separación del cargo, Rousseff también anuncio un reajuste del 9 % en la asignación del Bolsa Familia, el programa del Gobierno de combate al hambre, y un ajuste al impuesto sobre la renta que favorece a los asalariados.
Desde la destitución de Rousseff, el pueblo de Brasil ha manifestado en la calle el apoyo a la Mandataria, a la democracia y contra el golpe de Estado que han implementado factores de derecha en la nación suramericana.
Rechazo en las calles
El Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) emitió un comunicado donde manifiesta un contundente rechazo a las medidas tomadas por el gobierno de facto contra los programas sociales alcanzados en los gobierno de Lula y Dilma, alegando que la respuesta del pueblo brasileño será en las calles de distintas ciudades.
“El MTST organizará movilizaciones de gran alcance en los próximos días en Sao Paulo, Brasilia, Río de Janeiro y varias capitales contra el secuestro de los recursos de vivienda de interés social…” reza el comunicado.
“Ellos saben que los trabajadores sin hogar no aceptarán este contratiempo. En las calles se tomará esto como intrascendente y antipopular” manifestaron.