por Mumía Abú-Jamal – 29-7-2016
Si se cumplen las esperanzas Demócratas, Hillary Rodham Clinton pronto se convertirá en Presidente número 45 de los Estados Unidos de Norteamérica, la primera de su sexo en la historia del país.
Aún cuando éso es en verdad remarcable, se debe notar que la mayoría de la población norteamericana es femenina, lo que en verdad muestra lo altamente undemocrático que es el sistema político de los Estados Unidos.
La brillante esposa del segundo Presidente de los Estados Unidos, Abigail Adams, (esposa de John Adams), le imploró con estas palabras, “Recuerda a las damas.”
Pero John Adams, como la mayoría de los esposos, ignoró lo que su esposa le pidió, y casi dos siglos pasaron para que la mujer gane el derecho al voto en los Estados Unidos.
Sin embargo el mundo ha tenido un buén número de mujeres líderes, y buscando superar a sus homólogos masculinos, muchas de ellas, (desde Cleopatra, del Egipto Ptoloméico, a las reinas de Inglaterra), desataron la furia de la guerra.
En tiempos modernos, Golda Meir de Israel, Índira Gandhi de la India y Margaret Thatcher de Inglaterra disfrutaron del juego sangriento que antes era, “el deporte de los reyes”.
Meir hizo guerra contra los árabes, Thatcher desató sus tropas contra Argentina por las Islas Malvinas, y Gandhi ordenó la guerra interna contra los Sikhs, destrozando el sagrado y venerado Templo Dorado de Amritsar.
Mujeres, en puestos de poder, deben asumir una postura super-masculina, muscular y altamente militar. Ellas hacen éso para probar que, después de todo, son, “uno de los muchachos.” Y Hillary Rodham Clinton ya en verdad es, “uno de los muchachos.”
Como Senador, Rodham Clinton votó por la Guerra de Irak, considerada por los mejores analistas de la política internacional como el peor error global de.los Estados Unidos.
Como Secretaria de Estado ella prevaleció para desestabilizar Libia, y mandó armas a los islamistas que estaban contra Kadafy. Sobre el asesinato de Muammar el-Qaddafi, Rodham Clinton famosamente se vanaglorió en una entrevista televisada: “Llegamos. Vimos. ¡Y él murió!” Libia es hoy un osario que lentamente arde en llamas.
Neoliberales como ella son tan guerreristas, son tan centrados en soluciones militares que el principal oponente de Rodham Clinton, el maniático Donald Trump (¡un Republicano!) la llama, belicista. (Lo malo de todo es que, ¡él está en lo correcto!).
Al ascender Hillary Rodham Clinton al trono imperial, su poder de tomar decisiones es lo que más importa y preocupa, no su sexo. .
Las mujeres gobernaron hace un tiempo todo el mundo.
Ellas pueden hacerlo otra vez.
Esperemos que las mujeres gobiernen con sabiduría, compasión y misericordia.
Y no vestidas con pantalones largos, gritando a voces que están listas para hacer el juego de la muerte porque ellas simplemente son, uno de los muchachos.
The rise of the Imperial Femenine
by Mumia Abu-Jamal (7/29/16) @’16
If Democratic hopes are fulfilled, Hillary Rodham Clinton will shortly become the 45th President of the United States, the first of her gender in history.
While that is indeed remarkable, it should be noted that the majority of America’s population is female which shows us just how undemocratic the US political system really is.
The brilliant wife of America’s second president, Abigail Adams (wife of John) implored him to, in her words, “remember the ladies.”
He, like most husbands, ignored her, and almost two centuries passed before women got to vote.
But the world has had its share of female leaders, and striving to outstrip their male counterparts, many a woman leader has unleashed the dogs of war, from Cleopatra of Ptolemaic Egypt, to queens of England.
In the modern era, Golda Meir of Israel, Indira Gandhi of India and Margaret Thatcher of Britain played the bloody game once regarded as ‘the sport of kings.’
Meir waged war against the Arabs, Thatcher unleashed her troops against Argentina over the Falkland (Malvinas) Isles, and Gandhi ordered an internal war against the Sikhs, shattering their holiest shrine, the Golden Temple at Amritsar.
Females, in positions of power, must assume a hyper masculine, muscular, martial stance. They do this to prove they are, after all, ‘one of the boys.’ And Hillary Rodham Clinton is truly, ‘one of the boys.’
While a Senator, she voted for the Iraq War, regarded by most serious foreign policy thinkers as the nation’s worst global blunder.
She prevailed as Secretary of State to destabilize Libya, and sent arms to anti-Khadafy Islamists. Of the assassination of Muammar el-Qaddafi, she famously boasted in a network television interview: “We came, we saw, he died.” Libya today is a smoldering charnel house.
Neo-liberals like her are so martial, so military-centric that her primary opponent, the manic Donald Trump (a Republican!) calls her a warmonger! (Worse still–he’s right!).
As Hillary Clinton ascends to the imperial throne, it is her decision-making, not her gender that is in question.
Women once ruled the world.
They may do so again.
Let them rule, with wisdom, compassion, and mercy.
And not in pantsuits, clamoring with the game of death, to be, just one of the boys.
–© ’16 maj
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