Por Narciso Isa Conde
James Brewster (Wally), el embajador de EEUU, habló enérgicamente sobre la corrupción existente en este país y lo hizo en la Cámara Americana de Comercio, espacio de no pocos inversionistas norteamericanos que a base de sobornos logran contratos onerosos, evaden impuestos, compran conciencia, contaminan el ambiente, destruyen la naturaleza, invierten en políticos corruptos y ayudan a los programas de la FUNDACIÓN GLOBAL DEMOCRACIA Y DESARROLLO FUNGLODE que preside el expresidente Fernández y otras ONGS que forman parte del sistema de corrupción imperante.
Si hay un país, una potencia, un Estado con alta responsabilidad en la corrupción dominicana, como “cáncer que afecta negativamente” a esta sociedad, se llama Estados Unidos de América.
¿Quién no conoce las relaciones del poder imperialista estadounidense con Trujillo, Balaguer, Leonel, Hipólito, Danilo y con cuantos políticos envueltos, promotores o protectores de corrupción e impunidad han existido y existen?
¿Quién ignora su amistad con los grandes empresarios evasores de impuestos, usureros, especuladores, beneficiarios de “facilidades” multimillonarias, receptores de exenciones escandalosas, concesiones ilegales de exploración y explotación, practicantes de sobrevaluaciones y subvaluaciones para engañar al fisco, asaltantes de los fondos de pensiones de los/as trabajadoras/es y de los fondos de la seguridad social? No pocos presentes allí.
¿Quién no sabe que la CIA está detrás de la delincuencia que arropa la DNI (órgano de inteligencia estatal), el FBI dentro de la Policía Nacional, y la DEA hermanada con la narco-corrupción de la DIRECCIÓN NACIONAL CONTRA DROGAS- DNCD?
¿Acaso es mentira el saqueo, el robo de patrimonios naturales, nacionales y culturales que acompañan las llamadas guerras preventivas y las intervenciones “pro-paz y democracia” a cargo de EEUU y sus aliados en todo el mundo; de por sí muy crueles, terroríficas, destructivas y criminales?
¿No han sido suficientemente difundidas las fechorías de la CIA, la USAID y otras agencias gringas en nuestra América y en el mundo?
¿Y qué nos dice Wally de las atrocidades y delitos de marca mayor cometidos en la Base de Guantánamo en Cuba y las cárceles secretas de su imperio?
¿Y de la responsabilidad de EEUU en las masacres en Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras…?
¿No es corrupción de la peor especie poner sus poderosos medios de comunicación a mentir, calumniar y justificar genocidios y saqueos?
¿No son los Bush, Clinton, Obama…delincuentes mayores, terroristas de Estado?
¿Es una fantasía la existencia en EEUU de la cleptocracia, el Ku Ku Klan, el Complejo Industrial Militar y sus conexiones gansteriles, las mafias de las drogas y del tráfico de armas, el lavado de dinero sucio por sus grandes bancos de negocio, las operaciones de auto-quiebra y estafas a los contribuyentes, protegidas por el Estado yanqui y denunciadas hasta en el cine?
¿Es posible obviar el robo planetario que han significado los procesos de privatización de las economías dependientes, de las guerras de conquista y de la actividad política, junto a la conversión de los Estados y sus instituciones en mecanismos incondicionales de negociantes privados y políticos corrompidos bajo la impronta neoliberal que EU adora?
UNA CORRUPTELA DE VARIAS VÍAS CON COMPLICIDADES MAYORES
La corrupción no es de una sola vía como la presenta Wally: políticos que piden sobornos a empresarios, contratos ilegales otorgados por los gobiernos, jueces que aceptan sobornos para liberar culpables, políticos que sustraen fondos públicos o reciben fondos de personas sucias… Es de dos, tres y cuatro vías.
Hay que meter en el saco de la corruptela imperante a grandes empresarios que ofrecen sobornos a altos funcionarios, a corporaciones que compran funcionarios en cargos sensibles, a inversionistas que con respaldo de sus embajadas imponen a gobiernos y legisladores contratos onerosos, el uso de las informaciones obtenidas vía las extradiciones de los narco-capos como medio de chantaje político e imposiciones imperiales, a presidentes y cúpulas políticas que montan instituciones para garantizar impunidades propias y ajenas, a las grandes
oficinas de abogado que compran jueces, a las embajadas que encubren y presionan para proteger sus delincuentes preferidos.
Wally no dijo mentiras, solo que se limitó a denunciar una partecita de la verdad: la que le sirve a sus fines inmediatos y le posibilita no ofender intereses mayores y, sobre todo, la que lo ayuda a ponerse un disfraz anticorrupción aún representando al Estado, a las corporaciones, y al ejercito (y sus mercenarios)…más corruptos y genocidas del universo; al tiempo de “conservar relaciones fuertes y estrecha como nunca antes” con la República Dominicana, pese a su descarada y sistemática injerencia cotidiana, que intenta justificar a nombre de los intereses gringos radicados aquí.
Así no, Mr. James Brewster (Wally).
Así no, a los/as que le hacen el coro.
La verdad sea dicha íntegramente y la soberanía reconquistada.