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Como se creó deuda impagable, a nombre de ” El Pueblo de Puerto Rico”.

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por Eliezer Molina

Información  Al Desnudo – Puerto Rico

En días recientes, el tema de la deuda comienza a ser frecuente en las conversaciones de los puertorriqueños y la prensa en general. Algunos señalan como culpables a “los rojos y los azules”, otros señala que la deuda es odiosa y otros que es inconstitucional. Entonces nos podemos preguntar porque ocurrió, quien es el responsable y como se puede resolver este problema.

Es muy común que los gobiernos emitan deuda pública. Algunos lo hacen para inyectar capital en el desarrollo de obras que generarán dinero permanente a corto o largo plazo, otros lo hacen para el desarrollo de obras con carácter social, y algunos lo hacen para cubrir la falta de liquidez y poder cumplir con sus obligaciones generales; ese es el caso de Puerto Rico.

De los muchos problemas que enfrenta Puerto Rico, uno es que el dinero ingresado es menor al de sus gastos. Ese es el más común de los señalamientos, y es de carácter administrativo. Aunque es un agravante, la realidad es que no es el causante de la deuda pública, el gran culpable se llama “FUGA DE CAPITAL”. Los administradores en Puerto Rico tratan de balancear el presupuesto para un año fiscal y al próximo año el dinero no les da para cubrir los gastos y se ven obligados a emitir deuda por culpa de la fuga de capital. Ese fenómeno lo que hace es dirigir el flujo de efectivo de un país a otro. El país que recibe el dinero a causa de la fuga aumenta su ganancias y quien lo pierde verá una reducción en su capital. Entonces viene la pregunta, ¿por qué no detenemos la fuga de capital? La respuesta es muy sencilla, porque el gobierno de Puerto Rico no puede.

Las naciones soberanas tienen el poder para detenerlo. Un buen ejemplo puede ser tratados de libre comercio para el acceso a materia prima más barata, y la imposición de arbitrios contra los productos importados, a esto se le llama “variables económicas”. Puerto Rico no tiene ese poder y no importa quien sea el administrador aquí, no podrá. De ahí el argumento que el problema es político. Quién tiene la potestad para realizar esos cambios no es el gobernador, es el Congreso de los EU.

En el 1900, los EU crearon un ente de gobernanza en la isla al cual le llamarían “El pueblo de Puerto Rico” (véase artículo 7 ley Foraker) y le otorgaron facultades administrativas para dirigir el mismo y bajo la misma ley Foraker otorgaron la ciudadanía puertorriqueña. Estas facultades fueron bien limitadas y quien nombraba al administrador era el Congreso. En ese momento se convirtió a Puerto Rico en una corporación dirigida por los EU siendo responsables los ciudadanos puertorriqueños. Para garantizar el poder Federal sobre el territorio no incorporado aplicaron la cláusula de supremacía tal cual aparece en la constitución de los EU. Ese diseño de gobernanza duró hasta el 1917 donde se modifica y con una forma muy peculiar bajo la segunda ley orgánica la cual lleva por nombre Acta Jones. Se establecía un nuevo diseño de gobernanza para los “puertorriqueños” el cual llamaban gobierno insular. Aún el gobierno de los EU posee total control, porque no excluyeron la cláusula de supremacía. Lo que hicieron fue muy interesante. Diseñaron un sistema para emitir deuda a nombre de ” El Pueblo de Puerto Rico” (véase artículo 3 acta Jones), crearon la ley de ciudadanía (véase artículo 5 del acta Jones) donde otorgaban la ciudadanía de los EU a los puertorriqueños y otorgaban facultad al gobernador para emitir la deuda pública. Todo estaba listo para legitimar la deuda. Ahora la emite la misma corporación, pero al ser sus constituyentes ciudadanos estadounidenses, los EU ahora tenían total control sobre nuestras propiedades y sobre nuestras personas.

En el 1927 se comienza a desarrollar el tema de la deuda odiosa. Se plantea este término a la deuda emitida sin el consentimiento de las personas que habitan en el país. Entonces se diseña para el 1948 aproximadamente y nuevo ente de gobernanza bajo la ley 600. Ese ente de gobernanza fue aprobado por los puertorriqueños en el 1952 y se desarrolla una nueva constitución. Está constitución al igual que el acta Jones, no eliminó la cláusula de supremacía como tampoco eliminó la ley de ciudadanía, así que el nuevo gobierno sigue bajo el poder del Congreso y no tiene la facultad jurídica para controlar sus variables económicas. Ahora los ciudadanos americanos que habitan en el territorio pueden seleccionar a su administrador y se le otorgó el poder para emitir deuda con una diferencia, como el administrador fue seleccionado por el voto del pueblo, la deuda tiene el consentimiento de sus habitantes; legitimaron la deuda pública.

Puerto Rico sigue sin el poder de controlar las variables económicas y queda al desnudo por la fuga de capital. Las empresas foráneas y el gobierno de los EU continúa utilizando la corporación caribeña para generar dinero sin que el gobierno insular pueda detenerlo. Así que cada año se verá en la obligación de emitir deuda porqué el dinero se va de la isla, aumentan las importaciones con precios muy por debajo a los productos nacionales como por ejemplo las carnes o huevos, entonces disminuye el producto nacional, aumentan las quiebras, el desempleo y el gobierno pierde liquidez. Pero dentro de la nueva constitución del nuevo gobierno que le llamaban ELA, establecieron un límite de deuda que le llamaron obligaciones generales. Establecían un margen de 15% garantizado por la constitución (véase artículo 6 sección 2). Ese 15% se le otorga prioridad de pago. Los bonistas que son el ente que financia la deuda lo sabían. Entonces aplicaron lo que se le llama la “titularización de la deuda”. Lo que hicieron consiste en desarrollar nuevos bonos que paguen la deuda de la banca, pero estos bonos pasan a nombre de corporaciones, cooperativas, individuos, etc. Son tan criminales, que generan bonos contra las cuentas de retiro y se las venden a los mismos retirados por mencionar un ejemplo. Esto quiere decir que la banca siempre cobrará y quien entrará en riesgo por cesación de pago será el dueño de los nuevos bonos.

Como la fuga de capital continúa, la deuda será inminente, hasta el punto que se vuelve impagable y entran en juego los famosos “buitres”. Estos, comprarán los bonos a bajo precio y obligarán al gobierno a tomar medidas para el pago de estos. El gobierno al verse limitado, comienza a subir contribuciones a sus habitantes. Algunos buitres adquieren corporaciones públicas ya que tienen el poder para embargar y en muchos casos les dan garantías de pago por nuevos entes y le aumentan el valor a esos bonos. Ante esto, las naciones soberanas tienen herramientas como acogerse al capítulo 9 de la ley de quiebras, algo que “El pueblo de Puerto Rico” no puede hacer y el desenlace no será alentador.

Como pueden observar, el problema parece ser complejo aunque en el fondo no lo es. No podemos tener miedo como pueblo y mucho menos debemos limitarnos. La infraestructura de Puerto Rico es fenomenal y es la parte más difícil para poder desarrollar un país competitivo. Podemos integrarnos al mundo y el resultado será mucho mejor de lo que se tiene. Sólo falta dejar el miedo y tener voluntad.

Los puertorriqueños tienen una opción, aunque no será del agrado de muchos. En primer lugar se necesita dejar las emociones a un lado y debemos actuar con madurez política, el fanatismo nos está matando. Es necesario entender que aunque sean ineficientes los administradores la culpa no es de colores, los propios habitantes son quienes hacen legítima la deuda cada 4 años. La solución es simple, Puerto Rico necesita soberanía política. El modelo económico se agotó y no se puede esperar una mejoría donde no ocurrirá. Es hora de aceptar nuestra realidad política y los puertorriqueños tienen que garantizar tener el control de las variables económicas. Ese privilegio es solo de los países independientes algo que será inevitable, pasará antes de lo que muchos se imaginan por el agotamiento del modelo económico. También debemos comprender que la deuda es impagable, y está a nombre de una corporación la cual no le pertenece a los puertorriqueños,es propiedad de los EU. De los puertorriqueños es su tierra, su cultura, sus artes y su etnia. Se nos va la vida como pueblo y es hora de detener el problema. Tenemos que exigir nuestra soberanía, que se nos entregué nuestro país con todos nuestros recursos y quien diseñó todo este problema, que asuma su responsabilidad sobre la deuda y su corporación. Llegó el momento de comenzar una nueva nación y que desaparezca lo que lleva por nombre “EL PUEBLO DE PUERTO RICO”.


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