Noruega ‘hackeó’ redes informáticas de Rusia e intercambió esos datos con Washington
Un documento secreto desclasificado certifica que en 2011 el Servicio de Inteligencia Militar de Noruega tuvo acceso a varias redes informáticas rusas y firmó un acuerdo para intercambiar esa información con Estados Unidos, según informó este 22 de marzo la Corporación de Radiodifusión Noruega (NRK).
Ese espionaje contra Moscú está confirmado en textos de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) que uno de sus exempleados, Edward Snowden, obtuvo hace varios años y este mes publicóThe Intercept.
NRK asegura que es el primer caso confirmado de que la Inteligencia noruega recolectó datos de Rusia a través de piratería informática. El informe, fechado en abril de 2013, expone que Noruega accedió a una red rusa de computadoras no identificada y comunicó el asunto a la NSA.
Posteriormente, Washington solicitó acceder a la información e inició un programa de intercambio para conocer la política, los recursos naturales y el sector energético de Rusia a cambio de entregar a Oslo información parecida que la NSA obtenía a través de métodos similares.
De manera oficial, la cooperación entre el Servicio de Inteligencia noruega y la NSA comenzó a principios de los años 50, cuando Oslo y Washington firmaron el acuerdo NORUSA. Debido a su proximidad geográfica con la Unión Soviética y sus bases submarinas en la península de Kola, Noruega se encontraba en una posición única para proporcionar datos sobre actividad militar, submarinos y sistemas de misiles soviéticos durante la Guerra Fría.
Ambos países cooperan estrechamente desde entonces. De acuerdo con los documentos obtenidos por Snowden, en 2001 Noruega acudió a la NSA para adquirir equipos de vigilancia satelital, conocidos como FORNSAT. Dos años más tarde, ese organismo norteamericano proporcionó a los noruegos cuatro antenas especializadas.
Desde 2013, el servicio de Inteligencia de Noruega ha invertido aproximadamente 100 millones de dólares en nuevos equipos técnicos para realizar seguimientos vía satélite y Oslo construye una base de vigilancia satelital a unos 60 kilómetros de la capital, un proyecto en el que colabra de manera estrecha con la NSA.