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Kansas, Topeka tiene primera alcaldesa boricua Michelle de la Isla

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por José A. Delgado Robles

Michelle de la Isla tiene una ejemplar trayectoria de lucha que la llevó del desamparo a dirigir una ciudad capital

Washington – A los 17 años, Michelle de la Isla estaba desamparada.

Se había peleado con su madre.

A los 19, estaba embarazada, y vivía en una casa abandonada en Puerto Rico.

Siempre mantuvo su mira, con sus altas y sus bajas, en los estudios universitarios.

Con la ayuda de su abuela y amigos, que no deja oportunidad de mencionar por nombres, nunca perdió la esperanza de forjarse un futuro mejor, el cual comenzó a ver cuando, por medio de una gestión del párroco y la comunidad de su iglesia en Mayagüez, se fue a estudiar a la Universidad Estatal de Wichita, en Kansas, donde terminó un bachillerato en Biología Molecular.

A los 41 años, De la Isla acaba de ser elegida alcaldesa de la capital de Kansas, Topeka.

Es la primera latina en ganar el puesto. Solo la tercera persona de origen boricua en ser alcaldesa de la capital de un estado de Estados Unidos. Es madre soltera y la primera alcaldesa que mantendrá un trabajo independiente a la alcaldía.

En Topeka, una localidad de cerca de 127,000 habitantes, De la Isla encontró su nicho.

Tuvo allí dos hijas. Su hijo mayor ya tiene 21 años.

Comenzó a trabajar con los programas Upward Bound, que asisten a estudiantes de bajos ingresos y que son universitarios de primera generación. Su historia podría ser el libro de texto.

“Yo no me quité, seguí luchando. Me enamoré de trabajar con los muchachos”, dijo De la Isla, en una entrevista telefónica con El Nuevo Día.

Por medio del grupo Maná de Topeka comenzó a dar clases a nivel nacional en Estados Unidos sobre educación financiera, con el objetivo de que la gente aprendiera a tomar control de su vida.

Fue directora ejecutiva local de la organización Habitat for Humanity. Mientras tanto, se vinculaba a los reclamos para desarrollar la parte baja de la ciudad, llevando las voces de jóvenes que advertían que su futuro estaría en otro lugar si el gobierno municipal no actuaba. Ahora es responsable de Diversidad e Inclusión en Westar Energy.

Desde marzo de 2013, es concejal municipal. Llegó al puesto en medio del activismo que siempre ha asociado a su propia experiencia de tener que enfrentarse a los obstáculos de la vida y sus limitaciones con determinación.

Para entonces, pensó aspirar a la alcaldía. Pero Larry Wolgast, en aquel momento concejal y quien es su amigo, había decidido ser candidato. Wolgast le recomendó comenzar por el Concejo Municipal. Este año, Wolgast no aspiró a la reelección y De la Isla lanzó su candidatura.

“El resto es historia”, dijo al narrar como sus “nenas” le acompañaban puerta por puerta a decirles a los electores de Topeka –con un 14% de hispanos– por qué debían votar por ella.

Después de superar una primera ronda en agosto, venció el pasado 7 de noviembre a Spencer Duncan –un cabildero que es hijo de un reconocido abogado en la ciudad– en una cerrada contienda que se decidió por menos de 400 votos. De la Isla obtuvo 8,167 votos (51.1 por ciento) y Duncan 7,719 (48.3 por ciento).

Ganar le estremeció. “Fue un sentimiento de completa incredulidad”, sostuvo.

En el camino recibió las críticas de personas que “no querían otra mujer en la alcaldía”, o que le decían “no voto por ti, eres minoría”. Al conocer su triunfo, pensó en su abuela.

“Lo primero que quise hacer fue llamarla. Es el amor de mi vida. Siempre ha creído en mí”, dijo. También vinieron los recuerdos de su familia y los amigos que la recogieron en su casa durante sus años universitarios en Puerto Rico, cuando estaba embarazada y desamparada.

Pensó en la catástrofe que ha causado en la isla el huracán María. “La primera semana no supe nada de mi familia. En el caso de mi hermano, casi tres semanas. Mi abuela vive en un apartamento y estuvo sin electricidad, tiene diabetes, es amputada y requiere mantener insulina fría. Ha tenido un generador. Mi mamá vive en Guaynabo, dos de mis tíos en Toa Alta. Ha sido horrible”, dijo.

Cuando algunos amigos se dieron cuenta del apellido que ha llevado en los últimos años, el de su exmarido –mexicano–, se cuestionaron si su cariño por la isla lo había exagerado. Todavía se ríe sobre esos comentarios.

En Topeka, existe la figura del administrador o gerente municipal, que coordina en la ciudad. De la Isla compara su tarea como alcaldesa con la del presidente o presidenta de una junta de directores o gobierno.

De todos modos, se reúne cada mañana con el administrador y su experiencia como concejal la prepara para una labor que sabe que no será a tiempo parcial. En Westar Energy tiene la flexibilidad para cumplir con sus nuevas responsabilidades, las cuales quiere encaminar a devolver a Topeka “su sentido de comunidad” y seguridad.

“Tenemos que mejorar nuestras carreteras, los programas de trabajo y la educación. Hemos visto además un aumento de 40% en el crimen”, indicó De la Isla.

La alcaldesa electa asumirá su puesto el 8 de enero. “Como decimos en Puerto Rico: ahora sí que el gas pela. Quiero –acentuó– que otros que han tenido una vida tan difícil como la mía… vean en mí un ejemplo. Quiero abrir puertas a otros que quieran servirle al pueblo”.


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