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El desentierro del doloroso pasado a petición de la juez Servini

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Un juzgado de Guadalajara ordena exhumar una fosa a requerimiento de la Justicia argentina

  • SONYA DOWSETT (REUTERS)
  • Guadalajara

Con 90 años, protegida del frío con un abrigo de piel y una bufanda de lana, de pie sobre una profunda fosa abierta, una mujer murmura: “Mi padre”, al ver un esqueleto desenterrado en el fondo. Ascensión Mendieta es hija de Timoteo Mendieta, sindicalista fusilado en 1939, en los meses posteriores a la Guerra Civil, y que fue enterrado en una fosa común en una esquina del cementerio de la ciudad de Guadalajara.

Su tumba fue la primera en ser desenterrada a petición de la juez argentina María Servini en una demanda, en virtud al principio de justicia universal, que busca la reparación a las víctimas y sus familiares por crímenes cometidos durante laGuerra Civil y la dictadura de Franco.

Los esfuerzos de Mendieta de dar a su padre un entierro apropiado podrían desencadenar una serie de exhumaciones similares. Los historiadores estiman que 500.000 combatientes y civiles fueron asesinados en el bando republicano y nacional durante la guerra. A su término, decenas de miles de opositores a Franco fueron ejecutados o encarcelados en una campaña para acabar con cualquier foco disidente.

Ascensión Mendieta, que tenía 13 años cuando murió su padre, viajó a Buenos Aires en 2013 con el fin de presentar pruebas sobre su muerte. Ella fue una de las centenares de personas que se han dirigido a un tribunal argentino para pedir justicia por crímenes durante y después de la Guerra Civil española. “Siempre me había obsesionado cómo habría caído a la fosa, boca arriba o boca abajo. Ahora podemos darle el entierro decente que todos merecen. No como fue arrojado, como un perro”, añade la anciana.

Ley de Memoria Histórica

España, al igual que muchos países de América Latina en su tránsito de la dictadura a la democracia, aprobó en 1977 la Ley de Amnistía. Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos reclamaron en diversas ocasiones al Ejecutivo español que anulara dicha ley, pero España siempre defendió la incorporación legal del denominado Pacto del olvido, que muchos vieron como el precio a pagar para que la Transición alcanzara éxito. La juez argentina María Servini ha intentado, hasta ahora sin éxito, anular la Ley de Amnistía a través de unproceso abierto en 2010 contra altos cargos del franquismo. Uno de los jueces españoles más conocidos por su defensa de los derechos humanos, Baltasar Garzón, abrió una investigación sobre los crímenes del franquismo en 2008, aunque poco tiempo después el caso decayó.

En 2007, el Ejecutivo dirigido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la Ley de Memoria Histórica, que incluía el reconocimiento a las víctimas de ambos lados de la guerra y aportaba la financiación para exhumar y enterrar posteriormente a víctimas de la violencia política. Sin embargo, aunque la ley formalmente condenaba al régimen franquista, quedó lejos de poner fin a la ley de Amnistía y tampoco creó una comisión de la verdad, tal y como sucedió enSudáfrica y Chile. El PP, al llegar al gobierno en 2011, no derogó la ley de Zapatero, pero eliminó la financiación estatal de las exhumaciones.

Ascensión Mendieta, durante la exhumación de los restos de su padre. | REUTERS

Ahora, a petición de la juez Servini, un juzgado de Guadalajara ha autorizado la exhumación de una fosa que contenía 22 cuerpos de asesinados por tropas franquistas en los meses posteriores al fin de la Guerra Civil. La tumba con los restos presuntamente de Mendieta y otras aledañas fueron separadas del resto del cementerio por una tapia, que se mantuvo en pie hasta después de la muerte de Franco.

Según los encargados de la exhumación, cuyos trabajos comenzaron el pasado 19 de enero, dichas tumbas podrían albergar unos 200 cuerpos. Se cree que Timoteo Mendieta podría ser el número 19 o el 20 de los los cuerpos ahora hallados, apilados verticalmente en la fosa.

Casos documentados

Al comenzar la excavación, decenas de familias acudieron al cementerio para tratar de dar con sus familiares, cuyos cuerpos podrían estar enterrados en esta esquina del cementerio de Guadalajara.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha documentado 114.226 casos de hombres y mujeres enterrados en fosas comunes en todo el territorio español. Pablo Rodríguez, un jubilado de 63 años, ha acudido al cementerio para dejar sus datos a la Asociación. “Venía aquí de niño con mi madre para dejar flores el Día de Todos los Santos. Ella un día me dijo: ‘Tus abuelos están enterrados ahí'”.

Rodríguez guarda en una bolsa de plástico viejos documentos y cartas, incluida una sentencia de muerte dictada en 1940 contra su abuelo por unirse a la rebelión, dictada por un tribunal militar. “Me gustaría que estuvieran enterrados al lado de su hija”, dice Pablo Rodríguez, mientras señala la tumba de su madre, a 20 metros de distancia.

El arqueólogo René Pacheco se toma un pequeño descanso durante la exhumación de la fosa de Mendieta. Los huesos hallados son extraídos cuidadosamente a la superficie, donde son colocados en cajas de cartón.

“Esta fosa tiene muchas características peculiares. Nunca hemos encontrado una fosa tan profunda en un cementerio. Eso indica que esperaban arrojar un montón de cuerpos en ella”, dice Pacheco.

Los restos de los huesos y la dentadura se enviarán a Argentina, junto a muestras de saliva de los familiares para cotejar las identidades. La Justicia argentina realizará el cotejo de forma gratuita, una labor que no ha ofrecido España, según el experto.

“Queremos terminar este proceso lo más rápido posible. Tenemos a una mujer de 90 años esperando”, concluye René Pacheco


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