Do de los empleados del departamento que previene el lavado de dinero en la firma Mossack Fonseca en Panamá estaba preocupado por las explosivas publicaciones de los medios mexicanos sobre los hermanos Óscar y Francisco Javier Rodríguez Borgio, clientes de la firma.
Felipe Velásquez pidió explicaciones en marzo de 2015 a la oficina en Miami sobre las notas periodísticas que, basándose en autoridades federales y estatales de México, implicaban a los hermanos en supuestas operaciones de lavado de dinero y compra de combustible robado.
Una representante de la oficina de Miami, adonde los hermanos habían acudido en busca de los servicios de Mossack Fonseca, respondió: “Felipe: Este mismo problema lo tuvimos hace como 4/5 años y pudimos seguir… ¿podrías mirar antes de volver a molestar el cliente?
El lenguaje de respuesta refleja la cultura que ha permitido a muchos clientes de Mossack Fonseca organizar sus complejos entramados de sociedades sin dar mayores explicaciones de su pasado ni ser incomodados en el presente.
Millones de documentos y correos electrónicos de la firma a los que tuvo acceso Univisión Investiga en asocio con el Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores (ICIJ), denominados los Panamá Papers, muestran que muchos de los clientes que tocaron a sus puertas, fueron aprobados sin mayor escrutinio pese a que afrontaban investigaciones criminales, habían sido condenados por diferentes delitos o eran personas que por sus posiciones políticas requerían mayores filtros.
Según la investigación periodística en la lista de los beneficiados con las estructuraciones de sociedades de Mossack Fonseca, hay personas ligadas a operaciones de narcotráfico, lavado de activos, fraudes financieros, corrupción, estafa y pedofilia. También magnates interesados en evadir impuestos.
Mossack Fonseca negó rotundamente que se preste a esas maniobras. “Durante más de 40 años Mossack Fonseca ha operado sin ningún reproche… nuestra firma nunca ha sido acusada o enfrentado cargos con ninguna acción criminal”, respondió el despacho en un comunicado de prensa.
Mossack Fonseca enfrenta hoy cuestionamientos por su papel en escándalos de corrupción oficial en Argentina, Brasil y España.
En el caso de los Rodríguez Borgio, Mossack Fonseca, hizo un esfuerzo por poner trabas al negocio con los empresarios. El expediente de los hermanos en el bufete de abogados está colmado de cuestionamientos a su reputación. Sin embargo, en la cadena de mensajes consultados por Univision Investiga, no figura ninguna decisión en firme de suspender la relación.
Apuestas y gasolina
Los Rodríguez Borgio se movían en el mundo de los juegos de apuestas y el negocio de las estaciones de gasolina. Han sido propietarios del Grupo Gasolinero México(GGM) y de los casinos Big Bola, la cadena de casas de juego con mayores ganancias en México en 2014, por 323 millones de dólares, de acuerdo con una solicitud de información hecha por la revista mexicana Contralínea. Estos negocios que fueron la fuente de sus éxitos, se convirtieron en el origen de su desgracia.
Los documentos muestran que desde junio de 2011 los hermanos usaron los servicios de Mossack Fonseca. Francisco Javier aparece firmando una autorización el 24 de octubre para que alguien, cuyo nombre fue dejado en blanco, actuara como director de la firma Linard Consultants Inc. con sede en las Islas Vírgenes Británicas.
Francisco Javier dijo a Univisión Investiga en una conversación telefónica que no recuerda con precisión a la sociedad Linard Consultants Inc. En un momento dijo que no existía y en otro que nunca llegó a funcionar. “Usted me está poniendo entre la espada y la pared para que recuerde algo que ocurrió hace cinco años’’, reclamó Francisco Javier.
En cuanto a las investigaciones del gobierno de México por el supuesto lavado de dinero, explicó que solo estuvieron abiertas entre febrero y mayo de 2014 hasta que el caso “fue cerrado’’ “Tengo 22 casinos en México, usted me dirá, si gobernación tuviera alguna duda, no tendría abierto ninguno’’, agregó. “Es un pasado que yo ya lo borré’’.
Para la fecha en que tocaron las puertas de Mossack Fonseca los empresarios ya estaban en problemas. A mediados de 2011 cuando el gobierno mexicano puso en la mira a las casas de juego a raíz del ataque narcoterrorista al casino Royale de Monterrey donde murieron 52 personas, las autoridades encontraron que la licencia de la empresa Comercial de Juegos de la Frontera (propiedad de Francisco Javier), no estaba en regla.
Se sospechaba que el documento había sido alterado, según lo informó en septiembre el diario El Universal. Un año después, la fiscalía de México anunció que había abierto una investigación contra los hermanos por la compra de combustible robado a Pemex a través de su cadena de 60 gasolineras. En 2014 la prensa mexicana publicó que ellos habían vendido este grupo.
La Procuraduría General de la República (PGR) se enteró de que GGM presuntamente participaba en el esquema luego del arresto de un grupo de sospechosos de “ordeñar” combustible a los ductos de la estatal empresa de petróleos Pemex en San Juan del Río y Huimilpan, estado de Querétaro. De acuerdo con el diario El Norte, algunos de los detenidos confesaron que le vendían el combustible a GGM.
Nueva compañía
El 30 de enero de 2012 Mossack Fonseca incorporó Fairhaven Trading Resources Limited en las Islas Vírgenes Británicas. Los registros del despacho indican que el giro de la empresa eran los bienes raíces, pero Mossack pedía información para conocer en qué países se conducían sus negocios, a juzgar por un correo electrónico enviado por el departamento de corporaciones a la oficina de MF Corporate Services International en Miami, que operó como intermediaria ante la sede principal de Panamá.
Tres semanas después de que se registró esta compañía en la cual los hermanos compartían las acciones, la PGR allanó las oficinas del grupo gasolinero en México. La investigación avanzó y llegó a un punto en el que se descubrió que había un posible vínculo entre los casinos y las gasolineras. Según informó a los medios la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, el grupo gasolinero lavaba dinero de la venta los hidrocarburos en los casinos.
Los artículos de prensa al respecto llegaron a conocimiento del departamento de cumplimiento de Mossack Fonseca encargado de hacer la revisión de los clientes a través de un programa de computador que busca los antecedentes de las personas.
La mayoría de los informes y solicitudes de explicaciones están firmados por Velásquez y Carolyne Castañeda del Departamento de Cumplimiento de Mossack Fonseca en Panamá.
Entre 2012 y 2015, Velásquez solicitó información de los Rodríguez a la oficina de Miami. Una revisión del contenido y las fechas de la correspondencia refleja que en esa oficina, a cargo de Olga Santini, no parecía haber preocupación ni urgencia por aclarar los antecedentes de los empresarios.
“Es mi práctica de conducta hacer una significativa debida diligencia sobre mis clientes y es mi política personal cumplir plenamente con la letra y el espíritu de la ley en cada jurisdicción”, aseguró Santini en un correo electrónico enviado a Univision.
La oficina de Miami
Todo parece haber comenzado el 26 de abril de 2013 cuando la oficina de Panamá le notificó a Miami en un correo que la búsqueda de los antecedentes de los empresarios había arrojado algo preocupante.
“Ambos han sido acusados de ser los principales delincuentes, especializados en el robo de combustible de ductos de Pemex”, afirmaba el correo y agregaba: “Óscar Rodríguez Borgio es integrante de una organización delictiva”.
Santini respondió: “Por supuesto, déjame preguntar a mi cliente’’. Ante el silencio de Miami, casi un mes después los auditores preguntaron a la oficina qué había ocurrido con la inquietud original. El 7 de junio Santini respondió: “Hemos hablado con nuestro cliente quien en efecto declaró que esto ha sido resuelto. He pedido una declaración por escrito así que sus abogados están preparando una carta explicando lo que ocurrió y cómo los cargos se reversaron/arreglaron”
omo parte de esta aclaración la oficina de Miami envió dos constancias, una de la Procuraduría General de Justicia de Querétaro y otra de la dirección de prisiones de la Secretaría de Gobernación, de marzo de 2013.
Las cartas certificaban que Francisco Javier no afrontaba ninguna sentencia condenatoria en el estado de Querétaro, donde residía. Tampoco había condenas a nivel nacional. Ninguno de los documentos provenía de la PGR, donde la investigación seguía en curso.
Las constancias fueron emitidas solo a nombre de Francisco Javier, lo que causó curiosidad a Castañeda. La empleada escribió: “Revisando los documentos hemos notado que en el mismo solo se menciona al Sr. Francisco Javier Rodríguez Borgio. En referencia a la información encontrada con relación a Óscar Rodríguez Borgio quisiéramos saber si el cliente ha enviado comentario al respecto”.
Estos documentos podrían ser ciertos, pero provenían de otras dependencias distintas a las que investigan delitos federales como el robo de combustible. Estas investigaciones constituyen una alarma para bancos y firmas de abogados como Mossack Fonseca a la hora de abrir cuentas bancarias, crear o modificar sociedades.
Dos años después, en marzo de 2015, se repitió el mismo esquema. Mossack recibió cuatro cartas del gobierno mexicano eximiendo a los hermanos Rodríguez Borgio de tener récords criminales.Esta vez la constancia de que no existían antecedentes criminales incluía a Martín Díaz Álvarez, quien había sido socio de ellos hasta 2013 en Linard Consultants, también constituida por Mossack.
Los documentos obtenidos muestran que Mossack gestionó otra compañía con el accionista mayoritario de la naviera Oceanografía, Amado Yáñez. Se trata de Ceresia Services Limited que fue sacada del registro en octubre de 2013. Oceanografía, una de las más principales contratistas de la petrolera estatal Pemex, está en el centro de un presunto fraude de 400 millones de dólares contra Banamex, la filial mexicana del conglomerado Citigroup.
La defensa de Amado Yáñez aseguró que no tiene conocimiento de la existencia de esta empresa, sin embargo, a raíz de la solicitud del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, los abogados del ex director de Oceanografía, solicitaron información sobre las operaciones que realizó Ceresia Services Limited, en donde documentaron y por consiguiente, ratifican que jamás se utilizó o realizó ninguna actividad financiera y/o comercial de esta compañía.
De acuerdo con un documento de la PGR los hermanos Rodríguez Borgio y Díaz estaban siendo investigados en la fiscalía suiza por el delito de blanqueo de capitales.
La agregada de la PGR para Europa, Erica Cervantes, contestó a la fiscalía suiza en febrero de 2015 que “después de una búsqueda extensa en sus bases de datos, no pudieron encontrar récords criminales en contra Oscar Rodríguez Borgio, Francisco Javier Rodríguez Borgio y Martín Díaz Álvarez“. La funcionaria no contestó correos electrónicos de Univision en los que se le preguntaba sobre el contenido de esta carta. Díaz prefirió no contestar la solicitud de Univision para una postura en este caso.
Mossack Fonseca dio por buenos estos documentos y uno más entregado por Santini, una carta de referencia del banco mexicano Banorte sobre Francisco Javier Rodríguez Borgio. La carta no incluye un sello del banco ni tiene el nombre del empleado que la firma. Una fuente de la institución consultada por Univision Investiga aseguró que esto es irregular, mientras el encargado de prensa del banco respondió que no pueden confirmar o no su autenticidad, debido al secreto bancario.
En los archivos de Mossack Fonseca consultados por Univision Investiga no existen documentos que reflejen que pese a las continuas sospechas alrededor de los empresarios, se hubiera tomado la decisión de cancelar su portafolio.
Entre tanto Francisco lleva una agitada vida social en España. La revista Hola publicó en noviembre de 2013 fotos de su boda en una finca que pertenecía a la familia del magnate de los medios de Estados Unidos William Randolph Hearst. Entre los invitados se encontraba el hijo del ex presidente de México, Ernesto Zedillo junior.
Ante a un cuestionario sobre las sociedades que ayudó a crear desde Miami y sus dueños, Santini prefirió remitir el problema a Panamá.
“Yo soy una proveedora independiente de servicios a la firma de abogados Mossack Fonseca como a otras firmas de abogados. Yo no soy la oficina de Miami de Mossack Fonseca ni soy una empleada de esa organización’’.
Santini dijo a Univisión Investiga en un mensaje electrónico que no podía responder correos específicos porque estaba en vísperas de contraer matrimonio.
En noviembre de 2015 el departamento para prevenir el lavado de dinero de Mossack cerró su “proceso de verificación” sobre los hermanos Rodríguez Borgio.